domingo, 5 de abril de 2009

Diálogo entre el pie y el pene

El pie mira para arriba y ve que el pene lo estaba mirando, entonces le pregunta:
- ¿Cómo estás?
- Como siempre, jodido, colgado cabeza abajo. Y a ti ¿cómo te trata?
- Excelente fíjate que en las mañanas, para que no toque el suelo frío, me pone unas chancletas. Después, se mete a bañar y me lava muy bien entre todos mis deditos, luego me seca muy bien, me pone talquito, me enfunda y después me mete en sus zapatos. Luego nos vamos a caminar todo el día. Por la noche, que todo me duele, me pone en agüita
caliente, me da masajito con crema, y me deja descansar durante toda la noche.
- ¿Y a ti cómo te trata?
- Horrible compadre. Conmigo es un desgraciado. Te cuento: por las mañanas me cachetea varias veces y me dice: “Bueno huevón, párate”. Luego me mete todo chueco en el calzoncillo y ando con un dolor de cabeza todo el día, que para qué te cuento. ¡AAh!, pero eso sí, a la noche quiere que esté bien firme. Pero lo peor de todo es cada vez que vamos a la cueva, no sabes cómo me friega su indecisión.
- ¿Cuál cueva? ¿Qué indecisión?
- ¡¡Hombre!! Si entro en la cueva oscura, mojada y resbaladiza, donde apenas quepo; me mete, me saca, me mete, me saca, me mete, me saca y nunca se decide si me quedo adentro o me quedo afuera!!
- ¿Y entonces qué pasa? - pregunta el pie.
- ¡¡¡ Y qué rayos va a pasar !!!… Obviamente, ¡¡¡ me mareo, vomito y me desmayo !!!

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